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martes, 15 de marzo de 2011

"El país de las zapatillas perdidas"

Así decidimos titular este cuento que inventamos entre todos en clase, durante los diálogos de la asamblea, a partir de un comentario de algo que le había pasado a uno de ellos y también han sido los niños los que lo han ilustrado con sus dibujos.
Aqui os lo dejo par
a que lo leáis.


" El país de las zapatillas perdidas"

- ¡ Lucas!. -le dijo su mamá.- Prepárate, busca tus zapatillas de fútbol que nos vamos en quince minutos. Ya sabes que no debemos llegar tarde al entrenamiento.

- ¡Voy!- dijo Lucas. Espera, es que en ese cajón tan grande nunca encuentro nada.

Y Lucas abrió el gran cajón, comen
a buscar y enseguida encontró una de las zapatillas de tacos negra y amarilla pero la otra no se veía por nin
guna parte. Siguió rebuscando entre todo el calzado que allí se guardaba y al cabo de un rato vio unos largos cordones. ¡Allí estaba!, pero tan cerca del fondo que Lucas tuvo que meterse dentro para alcanzarla. Cuando ya estaba a punto de cogerla, ¡plash!, el cajón se cerró y a pesar de que Lucas empujó y empujó no pudo abrirlo.

Una lucecita de color verde clarito se encendió de pronto y al mirarla con atención descubrió que era un hada.


- Ven, - le dijo- te acompañaré a buscar tu zapatilla al país de las zapatillas perdidas.


Y Lucas siguiéndola llegó a un país en el que no había niños, ni papás, ni abuelos. Sólo había zapatillas. Zapatillas sin pareja.

_ ¡ Hola!- le dijo una vieja zapatilla roja de “estar en casa” que se había perdido un día que salió su dueño a tirar la basura y le persiguió un perrazo._ ¿Puedo ayudarte en algo?.

- Si, por favor. Estoy buscando una zapatilla de tacos de futbolista defensa. ¿La has visto?

- No, pero si sigues por este camino hacia adelante, a la derecha encontrarás una zona grande de pradera dónde se reúnen todas las zapatillas de fútbol perdidas para organizan partidos amistosos.

- Muchas gracias –-dijo Lucas.

Un poco más adelante se encontró con dos zapatillas que hablaban juntas: una era como las que utilizaba su papá para ir a correr, y la otra era grande, por lo menos del número cuarenta y cinco, que le comentó que ella era de tenis y que se había perdido una tarde que comenzó a llover muy fuerte cuando su dueño estaba jugando un partido con un amigo y recogió sus cosas tan deprisa que no se dio cuenta de que ella se había caído.

Cuando ya veía a lo lejos un montón de zapatillas jugando al fútbol se encontró con una zapatilla playera de flores, que andaba muy despistada buscando un lugar dónde poder poner su toalla para tomar el sol.

Anduvo un poquito más y ¡allí estaban!: un montón de zapatillas de fútbol jugando y animándose muy entusiasmadas.

Se acercó a la zapatilla portero y le preguntó si había visto su zapatilla de defensa pero estaba tan pendiente del avance de las zapatillas delanteras del equipo contrario que apenas pudo indicarle dónde se colocaban las zapatillas defensas. Esta zapatilla se había perdido cuando el portero había efectuado una parada muy espectacular, haciendo una gran estirada y su dueño no había tenido tiempo más que para pedir rápidamente otra al utillero antes de que los del equipo rival volvieran a amenazar su portería.

Lucas fue a atravesar el campo cuando sonó un largo pitido:

- Piiiiiiiiiiiiiiiiiii.

La zapatilla árbitro le había visto y le estaba indicando que por allí no podía pasar:

- Pero bueno, no has visto que estamos jugando y el campo no se puede atravesar.

- Yo sólo quiero encontrar mi zapatilla de jugador defensa.

Y en esta discusión estaban cuando una zapatilla delantero avanzó rápida hacia la portería y golpeó el balón con mucha fuerza, dándole un efecto extraño. ¡Si no llega a ser por una zapatilla defensa amarilla y negra del numero 28que se interpuso entre la portería y el balón hubiera sido un golazo!

A los pocos segundos el árbitro pitó el final y todas sus compañeras abrazaron a la zapatilla salvadora.


¿Y sabéis? ¡ Era la zapatilla de Lucas!

- ¡Lucas!, ¡Lucas! ¿Vamos, que haces aún ahí?, dijo su mamá tirando de la puerta del cajón.

Y es que se había quedado dormido y se despertó con la zapatilla en la mano.

De camino al entrenamiento le fue contando a su mamá lo que le había sucedido.


"¡FOMENTAD EN LOS NIÑOS LA IMAGINACIÓN! ¡ANIMADLES A CREAR SUEÑOS!" porque de personas con mucha imaginación y grandes sueños han nacido los inventos y descubrimientos que hacen avanzar a la Humanidad hacia un mundo mejor".

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